‹‹⿻Angeles / Historia ››


En los días dorados, cuando la tierra aún cantaba con la voz de los ríos primigenios y las estrellas caminaban junto a los mortales, los cielos enviaron a sus heraldos para guiar a los nacidos del barro y del aliento divino. Aquellos que descendieron eran conocidos por muchos nombres, pero todos los pueblos los llamaban "los de alas luminosas", pues traían consigo sabiduría, orden y esperanza. No gobernaban, sino que inspiraban. No imponían, sino que enseñaban. Los más antiguos de cada raza aún susurran que, sin ellos, la armonía de la Edad Dorada jamás habría florecido.

Fueron ellos quienes mostraron a los mortales cómo encender el fuego sin destruir el bosque, cómo alzar piedra sin deshonrar la tierra, y cómo blandir la espada sin perder el alma. Vivían entre los suyos como mentores silenciosos, sin pedir tributo, sin erigir templos en su honor. Su sola presencia bastaba para mantener el equilibrio. Cada raza que nació en aquellos tiempos fue tocada, de un modo u otro, por sus alas. Incluso los que luego se alzaron en rebelión contra la luz fueron, en su origen, testigos del fulgor de los ángeles.

Mas cuando la oscuridad brotó del abismo y la guerra dividió el cielo y la tierra, los ángeles no permanecieron en las alturas. Descendieron una vez más, esta vez no con palabras, sino con espadas de luz. Lucharon en los frentes más desesperados, protegiendo a los inocentes, guiando a los errantes, y sacrificándose sin lamento. Su canto de guerra fue la última melodía pura que muchos oyeron antes de caer. Pero su brillo no era eterno, y en los últimos días de la gran contienda, uno por uno fueron desapareciendo, como estrellas extinguiéndose en un firmamento roto.

Hoy, pocos afirman haber visto a uno de ellos, y quienes lo aseguran son tenidos por soñadores o locos. No se sabe si cayeron en la guerra, si regresaron a los cielos, o si caminan aún entre nosotros bajo formas olvidadas. Pero en las leyendas de cada raza, en los templos derruidos y en las canciones que sobreviven al tiempo, su memoria permanece. Algunos creen que, cuando la oscuridad surja de nuevo, ellos volverán. No como jueces, sino como faros, para que el mundo, perdido una vez más, pueda recordar cómo hallar el camino hacia la luz.

Habilidades de Raza


Luz de Rances:

Canalizando la energía sagrada de los cielos, el ángel puede extender sus alas y liberar un fulgor curativo que envuelve a un aliado en un radio de 10 metros. Esta luz cicatriza heridas leves al instante y cierra de forma estable heridas medias, mitigando el dolor y estabilizando al objetivo. Además, al ser de origen celestial, este poder también purifica venenos menores y efectos debilitantes causados por corrupción. CD: 6 turnos.

Gracia Eterna:

Los ángeles, por su naturaleza vinculada a la luz primordial, están protegidos por un velo invisible que los separa de las tinieblas. Esta bendición les vuelve completamente inmunes a cualquier efecto mágico, físico o espiritual que derive de fuentes de oscuridad o energía corrupta. Ya sean maldiciones, ataques umbríos o manipulación del miedo, todo rebota o se disuelve antes de tocar su esencia. Efecto pasivo, siempre activo.

Información

Estatura Altura muy variable cómo los humanos.
Peso Promedio El peso suele ser el de un humano promedio con algunos kg de más por las alas.
Esperanza de Vida Pueden vivir sin límite pues son seres divinos e inmortales.
Habilidades Luz de Rancer + Gracia Eterna
Aspecto Físico Suelen tener apariencia humana con dos enormes alas en su espalda que les dan una envergadura de 2.5 a 3 metros. Las alas están compuestas de plumas blancas y a los ángeles siempre les rodea una leve aura dorada.
Afinidad +20% de potencia con los poderes de tipo Sanación
Reproducción Sexual: los ángeles se reproducen exactamente igual a cómo lo haría un humano normal y corriente.

Habilidades de Raza


Luz de Rances:

Canalizando la energía sagrada de los cielos, el ángel puede extender sus alas y liberar un fulgor curativo que envuelve a un aliado en un radio de 10 metros. Esta luz cicatriza heridas leves al instante y cierra de forma estable heridas medias, mitigando el dolor y estabilizando al objetivo. Además, al ser de origen celestial, este poder también purifica venenos menores y efectos debilitantes causados por corrupción. CD: 6 turnos.

Gracia Eterna:

Los ángeles, por su naturaleza vinculada a la luz primordial, están protegidos por un velo invisible que los separa de las tinieblas. Esta bendición les vuelve completamente inmunes a cualquier efecto mágico, físico o espiritual que derive de fuentes de oscuridad o energía corrupta. Ya sean maldiciones, ataques umbríos o manipulación del miedo, todo rebota o se disuelve antes de tocar su esencia. Efecto pasivo, siempre activo.


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