‹‹Eventos y Misiones Excepcionales››


Definición de Eventos y Clasificaciones

En esta página encontrarás mecánicas especiales que ocurren dentro del mundo. Algunas ofrecen recompensas impresionantes y otras se aplican por mera supervivencia de los personajes estableciendo una serie de reglas y normativas que se deben aplicar al juego. Primero comencemos hablando de los eventos y misiones dentro del rol. Para comenzar, un evento es cualquier historia inventada que puede ser o no, canónica dependiendo de la lógica que siga en el mundo actual. Los eventos se caracterizan por tener mucha más libertad a la hora de desarrollar sus situaciones y al ser completados ofrecen buenas recompensas. Por otro lado, las misiones son quest que ocasionalmente aparecen en la tabla de gremios, estas deben estar centradas en el mundo real y su lógica debe ajustarse a la de las Tierras Convergentes por lo que siempre son canónicas. Al ser completadas también ofrecen recompensas.

¿Qué diferencia un evento de una misión? La principal diferencia que debemos de tener en cuenta es el hecho de que en un evento hay libertad creativa mientras que las misiones suelen estar atadas al servidor, su lore y sus circunstancias, haciéndolas obligatoriamente canónicas. Más diferencias es tanto las recompensas como los métodos de organización de las misiones, cosas relacionadas con la rama de Game Master que no entraremos en detalle ahora mismo (dado que las recompensas de eventos ya están estipuladas en rama). Cabe destacar que siempre se recibirán recompensas al completar uno de estos dos.


En cuanto a mecánicas y eventos especiales tenemos los Eventos y Misiones de Lore que siempre serán canónicos y acarrearán consecuencias para el mundo una vez se alcance un desenlace. Este tipo de eventos y misiones tienen recompensas mucho más grandes que los normales. Para finalizar tenemos dos últimas mecánicas especiales: El Desafío del Plenilunio y El Juicio de los Muertos.

El Juicio de los Muertos

En las vastas y misteriosas tierras de Oromîr, la muerte no es un final definitivo, sino un cruce de caminos. Cuando el hilo de la vida se corta y el cuerpo yace sin aliento, el alma debe escoger entre tres sendas, cada una forjada en las profundidades del cosmos y la voluntad de los dioses.

⿻ Primera Senda: El Ascenso al Reino Celestial

Aquellos que aceptan la llamada se entregan al curso de las aguas. El espíritu abandona la carne mortal y desciende al Océano de la Tierra, donde las corrientes ancestrales lo guían. Las olas susurran secretos de eras olvidadas mientras el alma viaja hacia el horizonte, hasta que finalmente vislumbra Asterion, la isla flotante de la que los sabios han hablado en antiguas leyendas.


La Isla de Asterion flota suspendida entre el mundo terrenal y el reino celestial. Desde su centro surge una majestuosa montaña cuyas entrañas engendran la Gran Cascada Eterna, un torrente de aguas luminosas que caen desde los bordes de la isla hacia el Océano, como si fuesen hilos de plata liquida tejiendo el espacio entre los mundos.


El espíritu, ligero y puro, asciende por la corriente de agua y atraviesa la cascada, que actúa como un portal sagrado. Una vez al otro lado, las puertas del Reino Celestial se abren: el dominio de Dios Todopoderoso, donde los ángeles y los espíritus celestiales moran en eterna paz. El alma descansa allí, liberada del peso de su existencia mortal.


Elegir esta senda implica el sacrificio definitivo: el personaje se desvanece del mundo terrenal y su historia llega a su fin.

⿻ Segunda Senda: El Regreso Como No-Muerto

Aquellos que renuncian al viaje celestial son devueltos a la vida, pero no como antes. El destino los marca y renacen como no-muertos. Su carne se torna pálida, sus ojos reflejan el vacío del abismo y su existencia se torna un eco distante de lo que alguna vez fue.


Si bien conservan la esencia de su raza, el precio de esta segunda oportunidad es alto. Pierden todas sus estadísticas, poderes, juramentos, bestias, hakis, frutas, artefactos, reliquias, animales y criaturas. Como hojas arrastradas por el viento, su antigua fuerza se dispersa y deben empezar de nuevo, caminando por la senda oscura de los que han desafiado el ciclo natural de la vida.

⿻ Tercera Senda: El Desafío Astral

El alma que escoge desafiar al destino se encuentra transportada al Plano Astral, un espacio etéreo donde el tiempo y el espacio pierden su forma. Allí, la niebla toma vida y las estrellas murmuran antiguas profecías mientras el desafiante se enfrenta a las Criaturas Etéreas, guardianes de la balanza entre la vida y la muerte.

El Desafío Astral no es para los débiles. Las criaturas nacidas del cosmos atacan con una ferocidad implacable, representando el juicio de un universo que no perdona a los que buscan regresar. Solo aquellos que superen este combate podrán volver al mundo de los vivos, aunque no sin consecuencias.


Si el desafiante logra la victoria, su espíritu regresa al cuerpo, pero con un precio:

Sin embargo, si el desafío se pierde, el alma es absorbida por el flujo celestial y enviada directamente al Reino Celestial, siguiendo la senda de la Primera Opción.

Desafío del Plenilunio

Cuentan los eruditos y los aventureros que en un extraño monumento en medio de un bosque anciano se encuentra una zona de combate con unas estatuas de animales: un ciervo, un zorro y un búho. Nadie tiene claro cuánto tiempo lleva este monumento ahí ni quienes lo construyeron, pero lo que sí se puede notar es que la magia divina brota de cada ladrillo y de cada losa, pudiendo ser notada incluso por aquellos no afines a la magia.


Lo que más destaca del lugar son evidentemente las 3 estatuas antes mencionadas en el centro de la arena, de las que se puede percibir una afluencia de magia increíble, como si estuviese conectado al mismísimo paraíso. Algunos dicen que cada domingo, el día en el que las constelaciones de la Sabiduría, la Sutileza y la Bondad se ven a la vez en el cielo estrellado, las estatuas comienzan a emitir un brillo de tono lunar, y algunos susurros se pueden escuchar en los oídos de los más curiosos, pero sólo aquellos decididos a un reto serán capaces de ver a 3 criaturas semi-etéreas posadas encima de cada estatua, cada una en su respectivo monumento, emitiendo un aura de divinidad que ilumina de forma tenue toda la arena.

Estos seres se presentarán ante el retador como los protectores de la Luna y las estrellas, los ángeles Greysha, Cretus y Finral, y te preguntarán a qué has venido y si decides enfrentarte al Desafío del Plenilunio. Si aceptas, uno de ellos será seleccionado aleatoriamente y te enfrentarás a un reflejo de su poder, ya que no pueden arriesgarse a ser heridos y no poder defender la noche como deben. Antes de empezar la batalla, Cretus comprobará tus intenciones y mirará dentro de tu alma para asegurarse de que no usarás su poder con malas intenciones, en caso de ser una potencial amenaza, los 3 ángeles atacarán al adversario de ser necesario.


Si por algún casual logras abatir a los tres, lograrás obtener una Fruta del Castigo (Logia) que resguardaban.


No hay registros de nadie que lo haya completado, aunque, cuando se les pregunta por la recompensa, mencionarán que podrás conseguir un fragmento de su poder representado en un aliado de igual apariencia para que te ayude en tu viaje, y que ya hubo elegida una protectora de la noche, que recibió la protección de la mismísima Greysha, además te aconsejarán buscarla si necesitas ayuda por su buen corazón.


Al completar un desafío, obtendrás el título de Guardián de la Noche, y estarás en favor de los ángeles y los seres divinos. Cada desafío completado te otorgará uno de los fragmentos de estos ángeles, representados como mascotas de su misma apariencia que te ayudarán y protegerán en lo que necesites. Al tener los 3 animales se te otorgarán unos beneficios permanentes como representante de los Guardianes de la Noche. Hacer el mal con estas mascotas provocará su desaparición y revocación del título.


Este desafío se puede completar hasta con un máximo de 2 personas sin embargo sólo uno recibirá el fragmento de Poder.